Hace bastantes años (cerca de 20), tuve la fortuna de trabajar en una increíble empresa, en donde se preocupaban mucho por el personal. La empresa era Unicables, S.A. Cuando hay buen ambiente los equipos de trabajo que se forman para llevar a buen puerto los proyectos de la empresa, transciende al ámbito laboral y las personas que los forman continúan como amigos fuera del entorno laboral.
En aquella época y dentro de las aficiones que surgieron dentro de aquellos grupos de amigos, una de lo que más auge tuvo, fue el jugar en Bolsa. De buenísimos profesionales en el ámbito de fabricación industrial, pasaban a nerviosos forofos dependientes de los resultados obtenidos en Bolsa.
Nunca me ha gustado tener aficiones que me generen fuertes dependencias, por lo que a pesar de seguir perteneciendo al grupo, nunca se me ocurrió invertir una sola peseta (eran otros tiempos y esa moneda todavía seguía viva). En mi caso además de la probabilidad (más que segura de perder dinero), me dolía ver como mis amigos habían pasado de leer ocasionalmente prensa generalista a comprar todos los días “Expansión”, intentando averiguar en ella los siguientes movimientos del mercado.
Como he mencionado antes, no estaba dispuesto a entrar en aquella vorágine, por lo que no participaba de su supuesta diversión. Jamás he jugado en Bolsa y a día de hoy sigo sin tener ninguna intención.
Pero la vida es curiosa y siempre te espera una sorpresa en la siguiente curva del camino. Desde que me dedico a autopublicar, como todos sabemos, hay una plataforma que es la reina de este sector y es Amazon. Desde el momento en que depositas tu libro en esta plataforma, empiezas a participar en varios rankings.
Podemos asimilar los índices bursatiles internacionales: DOW JONES, NASDAQ 100, NIKKEI 225, IBEX 35 con los mercados de Amazon en USA, México, UK, España, etc. Los sectores como energías renovables, industria metalúrgica, petroleras, constructoras, etc. con los géneros literarios: ciencia ficción, fantasía, ficción histórica, romántica, policíaca, negra, suspense, etc. Para terminar el valor de las acciones podría ser equiparable a dos apartados: la valoración de los comentarios de nuestros lectores y las ventas realizadas.
Pues bien después de estar toda la vida huyendo de la histeria de la bolsa, me he ido introduciendo “casi sin quererlo” en la histeria de lo que podemos denominar el “Indice Bursatil de Escritores de Amazon (I.B.E.A.)”. Después de haber autopublicado varias novelas, he ascendido en el I.B.E.A. y ellos me hace interesarme por él diariamente. ¿Cómo voy en México? ¿Cómo voy en “Acción y Aventura”?
Si en mi caso, en el que no dejo de ser un humilde escritor prácticamente desconocido, me empieza a preocupar mi dependencia del dichoso índice, no me quiero imaginar como puede ser el estado de escritores de la talla de Blanca Miosi, Fernando Gamboa o Enrique Laso (les mando un abrazo). ¿Serán I.B.E.A. dependientes?